viernes, 14 de noviembre de 2014

ACTO FOTOGRÁFICO > Yair Jaime Soria


El retrato como reflexión del espacio abandonado

La lógica del abandono no exceptúa nada; la indiferencia, exclusión, el apartado, también son aspectos que evidencian el desinterés latente por la vida del otro. “Cruzando solo el desierto, transportándose a sí mismo sin ningún apoyo trascendente, el hombre actual se caracteriza por la vulnerabilidad”; nos recuerda Lipovetsky. Reconocer en el otro un estado compartido, un desánimo ante la existencia que se permea desde lo social hasta el individuo y contrariamente, nos invita a reflexionar en lo desconectados y permisivos que somos; una condición generalizada para participar en la estructura social.
Para Yair, a través del retrato, es importante acercarse a esos lugares que de alguna manera -ya sea social, política, económicamente- han sido configurados bajo el imperativo de ser apartados; están ahí sin estar. Dos ejemplos de este interés se pueden percibir en el par de proyectos que presenta en “Acto fotográfico”; ambos anclados en lo social pero con dimensiones operativas diferentes: un mercado desmontable en una zona catalogada en condiciones de violencia y vulnerabilidad, así como una casa de asistencia a personas de la tercera edad con discapacidad. Espacios ajenos que Yair los hace propios en el afán de comprenderlos en dinámicas recíprocas de diálogo, comunicación y convivencia bajo la forma del ejercicio artístico.
Con ello, el retrato principalmente, en el registro del sitio y la dinámica, se convierte en la acción primaria para la reflexión que motivó el desarrollo de ambos proyectos y que se extiende a otros tantos en curso; pensar en ese individuo y vincular lo propio en el estado de vulnerabilidad general que se filtra por todos los aspectos de la sociedad.
NoAutomático
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19 DE NOVIEMBRE. 8:00 pm. 
noautomatico.net

martes, 4 de noviembre de 2014

Registro: INSTALACIÓN SONORA MULTICANAL

El pasado miércoles 29 de octubre, de 2014, en el taller del NoAutomático, se presentó una instalación sonora a cargo de Daniel Lara y Gilberto López; quienes también han colaborado en el proyecto Lolita. En esta instalación, sin base estructural establecida de antemano pero sí bosquejada, los artistas improvisaron sonidos, melodías y armonías que en tramos se escuchaban articuladas, y en otros sobreexpuestas. El objetivo radicaba en llevar más allá la idea de concierto, presentación o tocada, y permitir una contemplación lúdica del acto mismo de vincular sonidos sin el afán de crear canciones estructuradas.